Texas y otros 15 estados liderados por republicanos demandaron el viernes a la administración Biden para detener la aplicación del nuevo programa que podría dar estatus legal a cientos de miles de inmigrantes indocumentados que están casados con ciudadanos estadounidenses.
La demanda, presentada en el Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito Este de Texas, busca una orden de restricción temporal y un mandato preliminar para suspender de inmediato el programa.
En los documentos presentados ante el tribunal, los estados afirman que el programa es ilegal porque excede la discreción que tiene el poder ejecutivo para establecer políticas.
Biden anunció en junio dos nuevas medidas ejecutivas en el año electoral que podrían brindar alivio migratorio a miles de inmigrantes indocumentados que han estado en el país durante varios años.
La primera medida tiene como objetivo agilizar el proceso a través del cual los cónyuges indocumentados y los hijos indocumentados de ciudadanos estadounidenses solicitan la residencia permanente legal que les permite obtener la Green Card y podrían alcanzar la ciudadanía.
La política permitirá que los cónyuges no ciudadanos casados con ciudadanos estadounidenses soliciten vivir y trabajar en los Estados Unidos legalmente sin tener que salir del país. Los hijos no ciudadanos de los solicitantes también serían elegibles para la protección.
Según las leyes actuales, algunos inmigrantes indocumentados deben abandonar primero Estados Unidos y solicitar la residencia legal en sus países de origen cuando se casan con un ciudadano. En algunos casos, a esos inmigrantes se les prohíbe regresar a Estados Unidos durante hasta 10 años.
El presidente Biden también anunció en junio una segunda medida que permitirá a algunos inmigrantes indocumentados, incluidos algunos beneficiarios de DACA y los llamados “Dreamers”, obtener visas de no inmigrante basadas en el empleo más rápidamente, dijeron altos funcionarios de la administración.
En un comunicado, Angelo Fernández Hernández, portavoz de la Casa Blanca, dijo que “los funcionarios electos republicanos continúan demostrando que están más enfocados en jugar a la política que en ayudar a las familias estadounidenses o arreglar nuestro roto sistema de inmigración”.