Con la esperanza de establecer un modelo para los empleadores de Estados Unidos, el presidente Joe Biden anunciará el jueves que millones de trabajadores federales deberán demostrar que han recibido la vacuna contra el COVID-19 o someterse a pruebas diagnósticas regulares de coronavirus, estrictas medidas de distanciamiento social, uso de mascarillas y restricciones de viaje.
Una persona al tanto de los planes del presidente, que habló a condición de guardar el anonimato para confirmar los detalles que aún no han sido anunciados públicamente, destacó que las nuevas directrices no requieren que la vacunación sea obligatoria para los empleados federales y que aquellos que decidan no inocularse no están en riesgo de ser despedidos.
La nueva política supone un reconocimiento por parte del gobierno de Biden de que, siendo el mayor empleador del país, debe hacer más para impulsar las lentas tasas de vacunación en un momento en que están incrementándose los casos de coronavirus y las hospitalizaciones, impulsados en gran medida por la propagación de la variante delta, que es más contagiosa.
Biden ha culpado de lleno a aquellos que no se han vacunado por el resurgimiento del virus.
“La pandemia que tenemos ahora es una pandemia de los no vacunados”, declaró el mandatario durante una visita el miércoles a una planta de camionetas en Pensilvania, donde exhortó a aquellos que no están inoculados a que “por favor, por favor, por favor, por favor” acudan a inyectarse. La víspera, Biden comentó que “si esos otros 100 millones de personas se vacunaran, estaríamos en un mundo muy diferente”.
El gobierno seguía revisando detalles el miércoles de las directrices previstas, y aún había varias dudas sobre su implementación y magnitud. De momento no estaba claro si el presidente emitiría unos requisitos similares para las fuerzas armadas y cómo se verían afectados los contratistas federales. El gobierno anunciará las medidas ahora con la esperanza de darles suficiente tiempo a las agencias para que elaboren sus propias directrices y planes con el fin de implementarlos antes de que los trabajadores regresen por completo a las oficinas.
Se prevé que el anuncio forme parte de unas declaraciones más generales el jueves que Biden prometió esbozarían “los siguientes pasos de nuestras gestiones para que más estadounidenses se vacunen”.
La fuente comentó que la conversación sobre las nuevas medidas para la vacunación se había estado gestando durante algún tiempo, y que pretende proporcionar un ejemplo para que las compañías privadas lo sigan conforme se preparan para que los trabajadores regresen a las oficinas este otoño.
Es el cambio de política más reciente por parte del gobierno en una semana de nuevas gestiones para mitigar al coronavirus. La Casa Blanca lidia con un repunte de casos de coronavirus y de hospitalizaciones a nivel nacional impulsados por la variante delta y por las infecciones irruptivas entre estadounidenses vacunados.