Este tema gusta mucho. Lo abordé en mi programa dranancy.com, y cada día lo ven más personas. Sin embargo, “no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar”. ¿Por qué?
Terminar una relación es algo difícil; es un duelo, una pérdida. La causa por la cual se terminó, puede agravar el proceso. No es lo mismo separarse o divorciarse por una infidelidad que hacerlo porque —aunque aún se ame a esa persona—, no puede vivir con ella por los conflictos diarios sin resolver. El matrimonio es solo para adultos, aunque cada vez vemos todo lo contrario. Cuando hay hijos, se complica más. A pesar del dolor y la rabia, hay que mantener contacto. Y esto puede “abrir” un espacio donde se comience con un jueguito muy peligroso.
Discutimos el tema con dos invitados. Sus opiniones son muy interesantes. Agmeth Escaf, colombiano, considera que esto se puede ver desde varios puntos de vista. Cuando una pareja se separa porque no se llevan, son agua y aceite. Aunque la pasión sigue y terminan separados, pero teniendo sexo.
Cuando entra otra persona, por rabia vuelves a tener sexo con ella. No quiere que a su mujer la toque otro hombre, aunque sea un machismo en grado extremo. Tú no te separas así de fácil. A veces no me gusta vivir contigo, pero sí seguir teniendo sexo contigo. Muchas personas tienen sexo con sus ex por costumbre y comodidad. No es lo mismo en una relación donde el que se va se “divorció emocionalmente, no siente nada”. Para él o ella, es más fácil. Nadie aprende por cabeza ajena, ni en nalgas prestadas.
Agrega nuestra otra invitada, Alexandra Malagón: Eso no hay quien lo entienda. ¿Vas a dejar a un hombre por cuestiones difíciles como los “cuernos” y seguir teniendo sexo con él? Tengo muchas amigas en eso. Y les pregunto por qué lo hacen. Muchas terminan de amantes. El marido ya se casó con “la otra” y aun así ellas siguen en “Chaca Chaca” con él. Comienzan los “triángulos” y sus consecuencias. La ex esposa termina siendo la amante, lo que afecta indirectamente a hijos, suegros, amigos, hermanos…
Al hombre le es fácil tener sexo con su esposa, porque hay confianza y él no tiene miedo a “fallar”. El hombre no controla sus erecciones, son espontáneas, y la ansiedad afecta a la erección.
¿Por qué puede pasar esto?
- Inmadurez emocional
- Miedo a la intimidad
- Problemas no resueltos en la niñez
- Adicción a las personas
- Ignorancia de cómo vivir en pareja y cómo elegirla
6) Confusión y problemas emocionales en los niños
Y un gran etcétera. Como dijo Alexandra Malagón: “cigarrillo que usted bota, no lo vuelva a prender. Y hombre que usted deja, no lo vuelva a recoger”.