Asesores de salud del gobierno de Estados Unidos indicaron que algunos estadounidenses que recibieron la vacuna de Moderna contra el COVID–19 deberían obtener un refuerzo de media dosis para mejorar su protección contra el virus.
El panel de asesores de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) voto unánimemente a favor de recomendar una inyección de refuerzo para adultos mayores con otros problemas de salud, con empleo o con situaciones de vida que incrementen su riesgo de contraer COVID–19.
La recomendación no es vinculante pero representa un paso importante hacia la expansión de la campaña de refuerzo en todo el país para millones de estadounidenses más. A muchas de las personas que recibieron sus primeras dos dosis de la vacuna de Pfizer hace al menos hace seis meses ya se les está administrando un refuerzo luego que la FDA autorizó su uso el mes pasado.
Con respecto a la dosis, la vacuna inicial de Moderna consiste en dos inyecciones de 100 microgramos cada una. Pero Moderna asegura que una sola inyección de 50 microgramos debería ser suficiente como refuerzo.
La agencia convocó a sus expertos durante jueves y viernes para debatir quién debería recibir los refuerzos y cuándo se les administrarían a las personas que recibieron las vacunas de Moderna y Johnson & Johnson a principios de este año.
La FDA usará las recomendaciones de sus asesores para tomar la decisión final para refuerzos de vacunas de ambas compañías. En caso de que se apruebe, existe otro obstáculo: la próxima semana, un panel convocado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) ofrecerá más detalles sobre qué sectores de la población deberían recibir la vacuna de refuerzo.