Las bandas escolares tocaban, las comparsas bailaban y la gente en las carrozas arrojaba pasteles y collares de cuentas a miles de personas que acudieron el sábado al primer gran desfile de Nueva Orleans desde que la llegada de la pandemia paralizó los característicos festejos de la ciudad.
“Es mejor que la Navidad”, dijo Lacey Sanders, miembro del club de desfiles Pussyfooters. “Llevo esperando esto desde abril de 2020”.
Tras más de un año sin desfiles debido al coronavirus, las calles se llenaron de miles de turistas y residentes para el Krewe of Boo, la primera marcha con carrozas desde el Mardi Gras de 2020.
Krewe of Boo es un festival con temática de Halloween que recorre el barrio Marigny de la ciudad, atraviesa el Barrio Francés y llega el Warehouse District.
Las calles relucían con las lentejuelas y telas brillantes de los disfraces y los padres sostenían sobre los hombros a niños disfrazados. Los miembros de Rolling Elvi, un grupo tributo de Elvis que marcha en motocicletas, se tomaban fotos. La banda de la Academia Lafayette ensayaba mientras las chicas de una comparsa practicaban sus pasos de baile.
Todo habría sido rutinario en un año normal, pero muchos pensaban en el tiempo que había pasado desde que la ciudad ofrecía esas escenas.
Se cree que las celebraciones de Mardi Gras en 2020 ayudaron a que la ciudad se convirtiera con rapidez en un foco de contagios de coronavirus. Cuando la extensión y gravedad de la pandemia se hicieron evidentes, los desfiles y festivales de música se cancelaron.
Si la ciudad logra celebrar el Krewe of Boo con seguridad y sin un pico posterior de contagios de COVID-19, reforzará los planes preliminares de la alcaldesa, LaToya Cantrell, de recuperar las elaboradas celebraciones de Carnaval que llenan las calles de la ciudad.
La alcaldesa dijo el viernes que salvo un “grito dramático a peor en nuestras cifras de COVID”, el Mardi Gras podría seguir adelante el año que viene, sus comentarios más concretos hasta ahora sobre el tema.
Melanie Smith, vecina de Nueva Orleans, caminaba el sábado con su nieta por la Avenida Elysian Fields. Hacían fotos de los disfraces especialmente buenos y participaban en algo que no habían podido experimentar en más de un año.
“Lo extrañamos. Los de acá lo extrañamos mucho, y estamos encantados de estar de vuelta”, dijo. Dijo confiar en que las tasas de vacunación de la ciudad siguieran subiendo y en que el desfile no aumentara los contagios.
Dentro de las medidas de seguridad para los actos del sábado, los participantes en el desfile debían estar vacunados o mostrar una prueba negativa de COVID-19.
Además, las autoridades de salud realizaban un estudio durante el desfile para saber más sobre cómo se propaga el coronavirus en grandes aglomeraciones. Estaba previsto que unos 40 trabajadores de salud y voluntarios hicieran encuestas rápidas a la gente y repartieran bolsas de regalos a los que contestaran. Para mantener la temática de Halloween, los 40 se disfrazaron del doctor Anthony Fauci, asesor de la Casa Blanca y el rostro de la respuesta federal a la pandemia.