Steve Bannon, estrecho aliado del expresidente Donald Trump, se entregó a las autoridades federales el lunes, acusado de desacato judicial tras negarse a comparecer ante la comisión del Congreso que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero.
Bannon se entregó a las autoridades la mañana del lunes y se espera que tenga una audiencia ante la corte después del mediodía. El exestratega de la Casa Blanca de 67 años fue acusado el viernes de dos cargos de desacato penal —uno por rehusarse a presentarse para una declaración congresual y el otro por negarse a proporcionar documentos en respuesta a la citación del comité.
La imputación ocurre luego que otro testigo, el exjefe de despacho de la Casa Blanca Mark Meadows, no acató su propia citación del comité el viernes, y cuando Trump ha intensificado sus batallas legales para impedir la revelación de documentos y testimonio sobre la insurrección.
En caso de que la Cámara de Representantes vote a favor de acusar a Meadows de desacato, esa recomendación sería enviada al Departamento de Justicia para una posible imputación.
Funcionarios de gobiernos tanto demócratas como republicanos han sido acusados de desacato por el Congreso, pero sus imputaciones penales por ello son extremadamente inusuales.
La acusación contra Bannon se da después de que varios funcionarios del gobierno de Trump —entre ellos Bannon— desafiaron las peticiones y exigencias del Congreso durante los últimos cinco años con pocas consecuencias, incluso durante la pesquisa para el juicio político. El gobierno del presidente Barack Obama también se negó a presentar cargos contra dos de sus funcionarios que no hicieron caso a las peticiones congresuales.
La imputación señala que Bannon no contactó al comité de ninguna manera desde el momento en que recibió la citación el 24 de septiembre hasta el 7 de octubre, cuando su abogado envió una carta, siete horas después de que venciera el documento.
Bannon, que trabajó en la Casa Blanca al inicio del gobierno de Trump y actualmente es presentador del podcast “War Room” sobre teorías de la conspiración, es un ciudadano privado que “se negó a presentarse a dar testimonio como le fue exigido por una citación”, subrayó la imputación.
Cuando Bannon se negó a presentarse para dar su declaración en octubre, su abogado dijo que el exasesor de Trump había recibido instrucciones de un abogado de Trump citando el privilegio ejecutivo de no responder preguntas.