El primer ministro británico Boris Johnson pidió disculpas el lunes por las fiestas que su gobierno realizó en medio del confinamiento ordenado para combatir el coronavirus, pero insistió en que él y su gobierno merecen la confianza del público.
Johnson prometió ante parlamentarios en la Cámara de los Comunes que hará cambios en el gobierno tras el escándalo suscitado por las fiestas.
“Lo entiendo y lo repararé”, expresó el mandatario.
Sus palabras surgieron después de que la funcionaria pública Sue Gray halló que las fiestas constituyeron “una falla grave” de atenerse a los estándares de un gobierno.
Gray publicó los hallazgos de una investigación sobre cuatro fiestas en el 2020 y el 2021, pero la policía está investigando otros 12 eventos.
Johnson ha rechazado las pedidas de que renuncia, tanto de la oposición como de su propio Partido Conservador.
En su reporte, Gray concluyó que “fallas de liderazgo y de criterio” permitieron la realización de eventos “que no debieron ocurrir”.
“Teniendo la pandemia de trasfondo, cuando el gobierno le estaba pidiendo a la ciudadanía que acepte duras restricciones, algunas de sus conductas en torno a estas reuniones son difíciles de justificar”, escribió Gray.
El reporte pinta un retrato de 10 Downing St. en que abunda la toma de alcohol y el personal tiene miedo de expresar los problemas del equipo.
Es un duro golpe para Johnson, quien anteriormente ha insistido en que siempre se adhirió a las reglas. El reporte, además, solo menciona cuatro de 16 eventos investigados.
Los hallazgos en torno a otros 12 eventos siguen en reserva a pedido de la policía, que ha lanzado una investigación penal en torno a las denuncias más graves sobre violaciones de las normas del virus. La exclusión de las otras conclusiones ha llevado a denuncias de que el gobierno está tratando de encubrir su conducta.
Entre los sucesos bajo investigación policial está una fiesta de cumpleaños para Johnson en junio del 2020 y dos encuentros la noche antes del funeral del príncipe Felipe en abril del 2021.
Las acusaciones han provocado descontento popular, llamados a que Johnson renuncie incluso por parte de parlamentarios de su propio partido y pugnas internas en el partido de gobierno.
Johnson ha negado haber cometido ilegalidad alguna y ha dicho que no tiene “la más mínima intención” de renunciar.
Pero su control sobre el poder se ha visto debilitado por denuncias de que él y sus asesores violaron las restricciones que le impusieron al país en el 2020 y el 2021, con fiestas con bebidas alcohólicas, fiestas de cumpleaños y “Viernes con Vino”.
La publicación del reporte de Gray se vio demorada luego que la Policía Metropolitana lanzó su propia pesquisa en torno a las acusaciones más graves.
La fuerza indicó que había pedido que el reporte de Gray haga solo “una referencia mínima” a los eventos investigados por los detectives “a fin de evitar todo prejuicio en nuestra investigación”.
La oposición acusa al gobierno de tratar de suavizar un reporte que podría desatar un intento de derrocar al primer ministro por su propio partido. Algunos parlamentarios conservadores dicen que pedirán un voto de censura si Gray halla que Johnson cometió algo ilegal o mintió al Parlamento sobre sus actividades.
No queda claro si todas las conclusiones de Gray serán publicadas una vez concluida la investigación policial.