Más de un centenar de cubanos, algunos desesperados y llorando, seguían apostados el jueves por segundo día cerca del consulado de Panamá en La Habana implorando por una solución que les permita viajar por el país centroamericano, luego que este estableciera una visa de tránsito a los isleños. Es el segundo país de la región que impone esa regulación a los cubanos en las últimas semanas después de Costa Rica.

Panamá es un punto de tránsito crucial para los cubanos que buscan viajar a cualquier parte del continente en su ruta hacia Estados Unidos.

Los cubanos pedían también la presencia de alguna autoridad cubana para que les ayudara ante los funcionarios panameños. Muchos llevan ya 24 horas en el lugar y algunos se sentaban o acostaban para descansar bajo los árboles del parque contiguo al consulado, donde comenzaron a concentrarse desde la víspera.

“Queremos solución”, “Humanidad”, “Cónsul da la cara” y “Queremos justicia”, son algunas de las consignas que gritaban golpeando botellas de plástico en medio de una tarde sofocante y ante la presencia de decenas de policías que acordonan el área, un tipo de manifestación que no es común en la isla.

El gobierno panameño dijo el miércoles en un comunicado que la visa de tránsito para los cubanos busca establecer controles migratorios más efectivos y combatir el tráfico ilícito. Señaló que como medida humanitaria decidió poner en vigor la medida a partir de la medianoche del sábado.

Un funcionario explicó previamente a los cubanos apostados cerca de la sede diplomática que los que tenían vuelos en las dos semanas siguientes de marzo tenían que reprogramarlos y que tramitarían de inmediato, en cambio, las visas de tránsito a los que volaban desde 1 de abril.

Los cubanos que seguían concentrados son los que viajaban entre la medianoche del sábado y el 31 de marzo. Muchos de ellos temen que no podrán reprogramar sus viajes o perderán el dinero que lograron juntar para comprar los pasajes. Algunos dicen que habían programado entrevistas para trámites de visas a Estados Unidos en Guyana, ya que esos servicios consulares están suspendidos en La Habana desde 2017.

“No hay forma de reprogramar. Aquí hay personas que han tenido que reprogramar cinco veces, dos veces. Nos estás exigiendo una visa de tránsito, perfecto, nosotros estamos dispuestos a pagar hasta 100 dólares”, dijo enojada y llorando Dayneyis Linarte.

“Aquí uno está hablando simplemente de derecho, de humanidad… estamos buscando que nos atiendan para buscar una solución”, agregó la cubana, de 32 años.