El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajará finalmente a Arabia Saudí del 13 al 16 de julio y se reunirá con el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, confirmaron este martes Riad y la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
El viaje incluirá también una visita a Israel -la primera de Biden como presidente- y a Cisjordania, confirmó la Casa Blanca en un comunicado.
Jean-Pierre se mostró inicialmente reacia a confirmar la reunión entre ambos mandatarios, aunque finalmente admitió que “podremos esperar ver al presidente reunirse con el príncipe heredero” de Arabia Saudí, durante una sesión informativa con periodistas esta mañana a bordo del avión presidencial.
Biden se encuentra actualmente en Filadelfia para dar un discurso sobre su política económica durante la 29 Convención Constitucional Cuadrienal de AFL-CIO, la mayor asociación sindical de Estados Unidos.
Hasta la fecha, la administración de Joe Biden se había negado a confirmar la visita del presidente a Arabia Saudí, si bien medios como The Washington Post ya daban por hecho que se produciría a mediados del verano.
Muchos ven en el viaje un intento por parte de la Administración de Biden por acercar posturas con Arabia Saudí, el principal productor mundial de petróleo, en un momento en que las sanciones a Rusia afectan al mercado internacional de la gasolina y han provocado un aumento de los precios del combustible.
“La seguridad energética es un asunto importante, pero no es el único”, aclaró en sus declaraciones de este martes la portavoz, antes de defender la posición dominante del país árabe en el mercado internacional de petróleo.
Jean-Pierre se refirió también a la reciente extensión de la tregua en Yemen como ejemplo de los “intereses entrelazados” entre ambos países.
Según detalló la Casa Real del país árabe, además de la reunión entre Biden y el príncipe heredero, de la que no ofreció detalles, el día 16 de julio tendrá lugar una cumbre conjunta convocada por el monarca saudí, Salman bin Abdulaziz, en la que participarán también el rey Abdalá II de Jordania y los presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, e Irak, Barham Saleh.
El encuentro entre Biden y Mohamed bin Salman, verdadero hombre fuerte de Arabia Saudí, supondrá un cambio en la política de la administración del presidente estadounidense desde su llegada al poder, en enero de 2021, y que lo había descartado como interlocutor por su presunta responsabilidad en la muerte del periodista saudí Jamal Khashoggi.
La relación entre Washington y Riad sufrió una de sus peores crisis tras el asesinato en 2018 en el consulado de Arabia Saudí en Estambul (Turquía) del periodista.
Khashoggi, disidente que residía en Estados Unidos y era columnista del diario The Washington Post, entró en el consulado saudí en Estambul el 2 de octubre de 2018 para obtener documentación que necesitaba para poder contraer matrimonio con su novia, Hatice Cengiz, pero nunca volvió a salir del edificio, ni hasta ahora hay rastros de los restos de su cuerpo.
El 31 de octubre de 2018, el fiscal jefe de Estambul, Irfan Fidan, concluyó que muy poco después de entrar en el consulado, el periodista fue asesinado por asfixia y su cuerpo desmembrado.
Riad ha admitido que agentes del Gobierno saudí mataron a Khashoggi en el consulado en Estambul y ha condenado a cinco personas implicadas, sin ofrecer detalles concretos del juicio.
La inteligencia de EE.UU. concluyó que Bin Salmán ordenó el asesinato de Khashoggi, pero el príncipe ha negado siempre su implicación.
La posibilidad de un cara a cara entre Biden y Bin Salman se lleva rumoreando desde hace unas semanas, ante lo que varias organizaciones de derechos humanos advirtieron ayer, lunes, que el presidente estadounidense debe abordar el tema de los derechos humanos, puesto que de lo contrario puede “afianzar aún más la impunidad” de Arabia Saudí y “alentar nuevos abusos”.