Luis Echeverría, un expresidente mexicano que vivió con el estigma de ser uno de los principales orquestadores de la represión de movimientos estudiantiles y grupos disidentes en la segunda mitad del siglo XX, falleció a los 100 años de edad.
Juan Velásquez, quien fue abogado defensor y amigo del expresidente, dijo el sábado a The Associated Press que Echeverría falleció la noche del viernes en su casa de Cuernavaca, al sur de Ciudad de México, a donde se fue para pasar la pandemia de COVID-19. Dijo no saber la causa específica, aunque consideró que pudo ser sólo por la edad.
En su cuenta de Twitter, el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador también informó del fallecimiento y envió condolencias a familiares y amigos de Echeverría.
Echeverría gobernó México entre 1970 y 1976 y quería ser recordado por su labor en la arena internacional. Intentó liderar a los países del tercer mundo, promovió la autodeterminación económica de los países en plena guerra fría y dio asilo a izquierdistas latinoamericanos perseguidos por las dictaduras de sus países.
Sin embargo, fue algo distinto lo que marcó su paso en los libros de historia: a Echeverría se le recuerda por ser considerado una de las mentes detrás de dos masacres estudiantiles ocurridas antes y después de los Juegos Olímpicos de México’ 68.
Fue el primero y hasta ahora único expresidente mexicano en ser enjuiciado. Se le acusó de genocidio por dos matanzas: la de la Plaza de Tlatelolco, en 1968, cuando era secretario de Gobernación y responsable de la política interna, y la del Jueves de Corpus, en 1971, ya como mandatario. Echeverría negó a lo largo de su vida haber ordenado las represiones.
Velásquez, el abogado que lo defendió de las acusaciones por genocidio, aseguró el sábado que aunque la gente piense que Echeverría es culpable de las masacres, la justicia concluyó lo contrario.
“Yo le decía a don Luis que aunque nadie —él, yo, su familia— hubiésemos querido su enjuiciamiento, al final de cuentas fue lo mejor que le pudo pasar”, dijo.
“Mientras la vox populi ignorante lo condena, el Poder Judicial de la Federación lo exoneró”, añadió, aunque algunos, incluidos ex líderes estudiantiles, sostienen que nunca fue exonerado plenamente.
Félix Hernández Gamundi, uno de los líderes estudiantiles en 1968 en México que estuvo en la Plaza de Tlatelolco durante la masacre del 2 de octubre de ese año, dijo que lamentaba la muerte de Echeverría, pero porque nunca asumió su responsabilidad.
“Es muy lamentable la muerte del expresidente Luis Echeverría, porque ocurre en el total silencio; en que a pesar de una larga vida, Luis Echeverria jamás se haya decidido a rendir cuentas por sus actos y su responsabilidad en la represión del 68 y años posteriores en México”, dijo.
“Nosotros, desde luego, no lloramos su muerte”, añadió. “Lamentamos esta opacidad de toda su vida y esta decisión de nunca rendir cuentas aprovechando el inmenso poder político que tuvo en muchos años”.
Echeverría pasó sus últimos años fuera de los reflectores y fue el expresidente más longevo. En varios momentos tuvo que ser hospitalizado.
Sin embargo, fue algo distinto lo que marcó su paso en los libros de historia: a Echeverría se le recuerda por ser considerado una de las mentes detrás de dos masacres estudiantiles ocurridas antes y después de los Juegos Olímpicos de México’ 68.
Fue el primero y hasta ahora único expresidente mexicano en ser enjuiciado. Se le acusó de genocidio por dos matanzas: la de la Plaza de Tlatelolco, en 1968, cuando era secretario de Gobernación y responsable de la política interna, y la del Jueves de Corpus, en 1971, ya como mandatario. Echeverría negó a lo largo de su vida haber ordenado las represiones.
Velásquez, el abogado que lo defendió de las acusaciones por genocidio, aseguró el sábado que aunque la gente piense que Echeverría es culpable de las masacres, la justicia concluyó lo contrario.
“Yo le decía a don Luis que aunque nadie —él, yo, su familia— hubiésemos querido su enjuiciamiento, al final de cuentas fue lo mejor que le pudo pasar”, dijo.
“Mientras la vox populi ignorante lo condena, el Poder Judicial de la Federación lo exoneró”, añadió, aunque algunos, incluidos ex líderes estudiantiles, sostienen que nunca fue exonerado plenamente.
Félix Hernández Gamundi, uno de los líderes estudiantiles en 1968 en México que estuvo en la Plaza de Tlatelolco durante la masacre del 2 de octubre de ese año, dijo que lamentaba la muerte de Echeverría, pero porque nunca asumió su responsabilidad.
“Es muy lamentable la muerte del expresidente Luis Echeverría, porque ocurre en el total silencio; en que a pesar de una larga vida, Luis Echeverria jamás se haya decidido a rendir cuentas por sus actos y su responsabilidad en la represión del 68 y años posteriores en México”, dijo.
“Nosotros, desde luego, no lloramos su muerte”, añadió. “Lamentamos esta opacidad de toda su vida y esta decisión de nunca rendir cuentas aprovechando el inmenso poder político que tuvo en muchos años”.
Echeverría pasó sus últimos años fuera de los reflectores y fue el expresidente más longevo. En varios momentos tuvo que ser hospitalizado.