La Reserva Federal (Fed) subió este miércoles su tasa de interés referencial en 0.5%, un alza más moderada a las previas, tal como había anticipado su jefe, Jerome Powell. La Fed selló así un 2022 con siete alzas consecutivas —cuatro de ellas de un agresivo 0.75%— que llevaron su tasa clave a su mayor nivel en más de una década en medio de su batalla contra la inflación.

A su lucha contra una inflación en máximos de 40 años todavía le queda camino por recorrer. Si bien se ha desaceleró en octubre y noviembre, la cifra anual del 7.1% está lejos del 2% al que apunta el banco central en el largo plazo y tendría que mostrar un mayor enfriamiento por varios meses más para que la Fed considere que es realmente una tendencia a la baja.

El propio banco central estimó en sus nuevas proyecciones que la inflación tardará en retornar a ese codiciado 2%. Para el 2023 previó que los precios al consumidor subirán 3.1% y recién en 2024 esa lectura estará en el rango del 2%, específicamente en 2.5% según las nuevas estimaciones.

Por todo eso, la Fed adelantó que habrá más alzas el próximo año. “El Comité (que toma las decisiones sobre la tasa de interés) anticipa que serán pertinentes más subidas de la tasa de interés para alcanzar una posición de política monetaria lo suficientemente restrictiva como para que la inflación regrese al 2% con el tiempo”, lee el comunicado del banco central.

Para esas futuras alzas, la Fed dijo que tomará en cuenta el impacto que tengan las subidas de este año en el desempeño de la economía y, sobre todo, en la inflación. El banco estimó que la tasa clave tocará un techo de 5.1% el próximo año. Eso sugiere subidas más potentes que las estimadas previamente por el organismo, pues en sus proyecciones anteriores ese techo previsto era de 4.6%.