Cuando el International African American Museum (Museo Internacional Afroestadounidense) abra al público el martes en Carolina del Sur, permitirá a los visitantes ahondar en los orígenes y el peregrinaje de los africanos esclavizados y sus descendientes, cuya llegada al hemisferio occidental comenzó en los muelles de la costa “lowcountry”: las tierras bajas.

Con vista al antiguo embarcadero en Charleston, donde casi la mitad de la población esclavizada ingresó por primera vez a América del Norte, el museo de 14.000 metros cuadrados (150.000 pies cuadrados) alberga exhibiciones y piezas que exploran cómo el trabajo, la perseverancia, la resistencia y las culturas de los afroestadounidenses moldearon las Carolinas, la nación y el mundo.

También incluye un centro de investigación genealógica para ayudar a las familias a rastrear el viaje de sus antepasados desde el punto de llegada a estas tierras.

La inauguración se da en momentos en que todo Estados Unidos se cuestiona la idea misma de que la supervivencia de la población negra, a pesar de la esclavitud, el apartheid racial y la opresión económica, es la quintaesencia de la historia estadounidense.

Los líderes del museo dijeron que su existencia no es una refutación a los intentos actuales de suprimir la historia, sino una invitación al diálogo y al descubrimiento.

“Muéstrame un espacio valiente, muéstrame un espacio abierto, muéstrame un espacio que se reúna conmigo donde estoy y luego me lleve a donde pedí ir”, afirma la doctora Tonya Matthews, presidenta y directora general del museo. “Creo que ese es el superpoder de los museos”, agrega. “Lo único que necesitas traer a este museo es tu curiosidad y nosotros haremos lo demás”.

El museo de 120 millones de dólares cuenta con nueve galerías que contienen casi una decena de exhibiciones interactivas de más de 150 objetos históricos y 30 obras de arte. Una de las exhibiciones del museo rotará dos o tres veces al año.