Cuando Yevgeny Prigozhin se rebeló contra el Kremlin, funcionarios occidentales pronosticaron que el presidente ruso Vladímir Putin buscaría vengarse del líder mercenario.

Dos meses después de dicha acción, que Putin calificó de “puñalada por la espalda” y “traición”, esos pronósticos parecen haberse concretado, de una forma implacable y amenazante.

Aunque las autoridades aún no confirman los fallecimientos de Prigozhin y sus principales lugartenientes del contratista militar privado Grupo Wagner en el choque de un avión el miércoles al noroeste de Moscú, el hecho generó un escalofrío inmediato entre los círculos oficiales rusos.