Egipto y Jordania criticaron duramente los ataques de Israel a Gaza en una cumbre el sábado, señal de que los dos aliados de Occidente que hicieron las paces con Israel hace décadas pierden la paciencia con su guerra contra Hamas.

El presidente egipcio Abdel Fata el-Sisi, anfitrión del encuentro, rechazó toda posibilidad de expulsar los 2,3 millones de palestinos de la Franja de Gaza a la península de Sinaí y advirtió sobre la “liquidación de la causa palestina”. El rey Abdalá II de Jordania calificó el asedio y el bombardeo de Gaza de “crimen de guerra”.

Los discursos reflejaron la furia creciente en la región, incluso entre los que tienen lazos estrechos con Israel y suelen oficiar de mediadores, cuando la guerra provocada por la incursión de Hamas inicia su tercera semana con bajas crecientes y sin final a la vista.

La mayor preocupación de Egipto es la perspectiva de un flujo masivo de palestinos a su territorio, lo cual, entre otras cosas, atentaría gravemente contra las esperanzas palestinas de un Estado propio. Las declaraciones vagas de algunos políticos y militares israelíes que insinúan que la gente se vaya de Gaza han alarmado a los vecinos de Israel, tanto como la orden israelí de que los civiles palestinos evacúen hacia el sur, en dirección a Egipto.