Alrededor de 400 personas de México y Estados Unidos se reunieron junto al Río Bravo, en la frontera norte de lado mexicano, para celebrar una misa en honor a los migrantes difuntos, como parte de la celebración mexicana de Día de los Muertos.

Representantes de la iglesia católica reclamaron al gobierno mexicano el alza en muertes de personas en movilidad, pues en lo que va del año, solo en fronteriza ciudad Juárez, se tienen 76 decesos registrados, entre los que se cuentan los 40 acaecidos en el centro de detención de Migración en Juárez en el pasado mes de marzo.

A lo largo de la frontera, informaron, se tienen registrados entre 1.000 y 1.300 decesos de personas que han muerto en su intento de alcanzar el “sueño americano” en EE.UU.

Durante la misa y en entrevistas posteriores con EFE, los religiosos cuestionaron la falta de políticas públicas que en realidad protejan a los migrantes.

“Nosotros sabemos que son 76 personas las que del lado mexicano han fallecido; sin embargo, se ha extendido a lo largo de toda la frontera, no solo aquí en Juárez. Teníamos un dato la semana pasada, de que más o menos estábamos hablando de entre 1.000 y 1.300 personas que han perdido la vida en el lado mexicano a lo largo de toda la frontera”, dijo el padre Francisco Bueno Guillén, director de la Casa del Migrante.

También matizó que muchos de estos fallecimientos no han sido reconocidos y enfatizó que “muchos se quedan en el anonimato y no sabemos cuántos más se les puedan sumar”.

“Y claro que es preocupante, así fuera solamente una persona, el hecho de hablar de muertes por cruce (…) vamos a hablar entonces de que algo no está bien en estos procesos porque no estamos garantizando seguridades para nadie”, agregó Bueno Guillén.

El Obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, José Torres Campos, cuestionó que las políticas migratorias que se están dando actualmente no son suficientes para garantizar el bienestar de los seres humanos que tienen que buscar mejor vida en nuevos horizontes.

“Corresponde a las autoridades garantizar la vida de toda persona, en especial hablamos de los migrantes, no son números, son personas, y desde la fé son hermanos, corresponde a las autoridades hacer políticas bien regladas, siempre a favor de la vida, a favor de los migrantes”, indicó el obispo.

La venezolana Daniela García, de 35 años, estuvo este sábado en la Misa de los Migrantes Muertos, lamentando el fallecimiento de su primo Edwin Sevilla.

Él murió en un autobús que circulaba a exceso de velocidad en Oaxaca y sus cenizas están por ser repatriadas a Venezuela.

“Hace como tres semanas murió un primo mío por parte de mi papá en el autobús ese de Oaxaca, en ese autobús falleció él y sus amigos, Edwin Rafael Sevilla, están en proceso de repatriarlo, el último de noviembre lo van a mandar a Caracas, las cenizas de él”, dijo Daniela entre sollozos.

El también venezolano Wilbert Moreno, señaló que al realidad es “triste” y reconoció que es difícil cruzar hacia la frontera norte de México, mientras muchos migrantes no lo logran al perder la vida.

“No ha sido fácil las personas que pierden la vida, dejar a su familia, a sus hijos, a sus abuelos, a sus amigos y perder la vida en una trayectoria por un sueño que en verdad no es fácil”, concluyó.