La Comisión de Ética de la Cámara de Representantes afirmó el jueves en un duro reporte que ha reunido “pruebas abrumadoras” de que hubo una infracción a la ley por parte del congresista republicano George Santos, de Nueva York, que han sido enviadas al Departamento de Justicia, concluyendo rotundamente que “no es de fiar” tras una investigación de un mes sobre su conducta.

Poco después de la publicación del informe, Santos señaló que se trataba de una “difamación politizada” en un mensaje en X, pero dijo que no se presentará a la reelección para un segundo mandato. No dio ninguna indicación de que fuera a dar un paso al lado antes que termine su periodo el año que viene, y prometió perseguir sus “valores conservadores en el tiempo que me queda en el Congreso”.

Pero rápidamente se puso en marcha un nuevo intento de expulsarlo de la Cámara de Representantes. La cámara baja estadounidense podría votar su expulsión tan pronto como regrese de las vacaciones por el feriado del Día de Acción de Gracias a finales de este mes.

El panel dijo que Santos hizo que su comité de campaña presentara informes falsos o incompletos a la Comisión Federal Electoral; utilizó fondos de la campaña para fines personales, y violó la Ley de Ética en el Gobierno con las declaraciones financieras presentadas a la Cámara de Representantes.