La organización Human Rights Watch (HRW) publicó hoy un informe sobre la explosión en el hospital de Al Ahli en la Franja de Gaza del 17 de octubre, que se saldó con cerca de 500 muertos, que apunta a que fue causada por una munición que pudo ser propulsada por un cohete de los que habitualmente usan los grupos armados palestinos.
Sin embargo, el informe destaca que sus conclusiones no son definitivas: “Se necesita más investigación para determinar quién lanzó el aparente cohete y si se violaron las leyes de la guerra”, revela el informe “Gaza: Hallazgos sobre la explosión del 17 de octubre en el hospital de Al Ahli”.
HRW detalla que revisó fotografías y vídeos, analizó imágenes de satélites, entrevistó a cinco testigos del incidente y sus consecuencias, revisó análisis publicados por otras organizaciones y consultó a expertos para este informe.
También evaluó la explosión y los daños en el lugar, así como varias trayectorias posibles de los objetos visibles en los vídeos que mostraban el antes y después de la explosión.
De acuerdo con el informe, las pruebas de que dispone HRW hacen que la posibilidad de que se lance una gran bomba desde el aire, como las que Israel ha utilizado ampliamente en Gaza, sea “muy improbable” y recuerda que el ejército israelí ha lanzado miles de este tipo de bombas desde el 7 de octubre.
HRW reconoce que no se han hecho públicas imágenes de restos de municiones y que sus investigadores no han podido visitar el lugar -las entradas a Gaza están estrictamente controladas por Israel-, por lo que no ha podido identificar de forma concluyente el tipo de munición usada.
Destaca, no obstante, que el sonido que precedió a la explosión, la bola de fuego que la acompañó, el tamaño del cráter que causó, la salpicadura resultante y el tipo y patrón de fragmentación alrededor del cráter “son todos consistentes con el impacto de un cohete”.
Igualmente destaca que las autoridades de Gaza parecen tener restos que ayudarían a determinar “de forma concluyente” la munición usada y que aunque un funcionario de Hamás aseguró que “pronto serían mostrados al mundo”, esto aún no ha ocurrido.
Tras la explosión, palestinos acusaron de su autoría a Israel, que rechazó ser el responsable y aseguró que se debió a un lanzamiento fallido de cohetes del grupo Yihad Islámica palestina hacia Israel.
HRW recordó que envió varias preguntas sobre la explosión a Bassam Naim, jefe del departamento político y de relaciones exteriores de Hamás, quien aseguró que “la información preliminar que tenemos apunta definitivamente a la responsabilidad de Israel”.
Naim indicó además que las autoridades israelíes habían advertido al hospital que evacuara “horas” antes de la explosión y afirmó que “ninguna facción de la resistencia palestina -que sepamos- tiene entre sus armas un proyectil o un cohete” con el poder de matar un gran número de personas.
El análisis de HRW deduce que un cohete de gran tamaño de los que disparan los grupos armados palestinos es capaz de causar un gran número de víctimas si impacta con parte de su propulsor en un patio lleno de gente y materiales inflamables.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, el ataque causó 471 muertos, entre enfermos y personas que se refugiaban en el centro sanitario.
Sin embargo, Human Rights afirma de que no pudo corroborar esa cifra, que considera “sensiblemente mayor” que otras estimaciones, y destaca que esa es una proporción “inusualmente alta” de muertos y heridos y “parece desproporcionada” con los daños visibles en el lugar.
Afirma la necesidad de una investigación independiente que podría ser realizada por la Comisión de Investigación de la ONU, y sugiere que los Estados deberían suspender la asistencia militar y la venta de armas tanto a grupos armados palestinos como a Israel.
“Las víctimas y las familias de quienes murieron o resultaron heridos mientras buscaban seguridad en el hospital merecen una investigación completa para determinar qué sucedió y quién fue el responsable”, indicó Ida Sawyer, directora de crisis y conflictos de Human Rights Watch.