Ron DeSantis completó su promesa de campaña de visitar cada uno de los 99 condados de Iowa, cruzando un umbral simbólico pero también táctico al decir a sus partidarios en un pueblo del centro del estado que “esto debería mostrarles que me considero un sirviente, no un gobernante”.
El expresidente Donald Trump, que todavía se mantiene muy por delante de DeSantis, se burló de él en un mitin más grande a unos 160 kilómetros (100 millas) de distancia al señalar que la campaña del gobernador de Florida estaba cayendo “como un pájaro gravemente herido”.
De ese modo, el momento del gobernador de Florida, al igual que los meses de campaña hasta ahora, tuvo lugar bajo la imponente sombra de Trump.
La presencia de Trump en el día de los logros de DeSantis subraya el reto al que él y otros rivales de Trump se enfrentan en Iowa. DeSantis ha dicho que espera ganar los caucus. Ha centrado gran parte de su campaña en el estado y un super Comité de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés) que lo apoya ha invertido más de 16 millones de dólares en publicidad y más en la creación de una organización de campaña para los caucus del 15 de enero.
























