Israel intensificó el martes sus bombardeos sobre la segunda ciudad más grande de Gaza y sus alrededores, mientras ambulancias y autos particulares trasladaban a toda prisa a los heridos a un hospital en una sangrienta nueva fase de la guerra en el sitiado enclave palestino.

Presionado por Estados Unidos para evitar más muertes masivas, Israel sostiene que está siendo más preciso a medida que amplía su ofensiva hacia el sur de la Franja, tras arrasar gran parte del norte. Los palestinos afirman que no hay zonas en las que se sientan seguros y muchos temen que si abandonan sus hogares no se les permita regresar nunca.

Los bombardeos aéreos y la ofensiva terrestre han sacado a tres cuartas partes de sus 2,3 millón de habitantes de sus casas y las nuevas órdenes para evacuar zonas en torno a la ciudad de Jan Yunis están haciando a la gente en una zona aún más pequeña del territorio costero.

En el hospital Nasser de Jan Yunis, las ambulancias llevaron a docenas de heridos durante la noche. En un momento dado llegó un auto del que se salió un hombre cargando con un niño, tenía la camisa ensangrentada y le habían volado una mano.