Israel esta en alerta máxima ante la posibilidad de una escalada de su confrontación con Hezbollah luego de que uno de los principales líderes del grupo palestino Hamás fue asesinado en un ataque en Beirut, que fue atribuido ampliamente a Israel y elevó el riesgo de un conflicto más amplio en Oriente Medio.
El asesinato de Saleh Arouri, el cargo de más rango de Hamás abatido desde el inicio de la guerra en Gaza hace casi tres meses, fue una inyección de moral para los israelíes, que siguen conmocionado por el ataque del grupo insurgente el 7 de octubre, mientras los milicianos presentan una férrea resistencia en Gaza y siguen reteniendo a docenas de rehenes.
Pero sus implicaciones para la guerra siguen sin estar claras. Israel ha matado a varios líderes de Hamás a lo largo de los años, que han sido sustituidos rápidamente. Y el ataque al feudo de Hezbollah en el sur de Beirut podría hacer que los combates de baja intensidad en la frontera del país con Líbano puedan derivar en una guerra total.
Mucho de ello depende de qué respuesta elija Hassan Nasrallah, que está al frente de Hezbollah desde que un ataque israelí mató a su predecesor en 1992.
Hezbollah y el ejército israelí han intercambiado disparos casi a diario en la frontera desde el inicio de la guerra en Gaza, pero Nasrallah parecía reacio a ir más allá, quizás por temor a la repetición de la guerra de un mes que libraron en 2006 durante la que Israel bombardeó intensamente Beirut y el sur de Líbano.
El grupo insurgente libanés anunció el lanzamiento de proyectiles hacia el norte de Israel el martes en la noche pero no vinculó la acción directamente a la muerte de Arouri. Periodistas en el sur de Líbano reportaron intensos bombardeos y ataques aéreos israelíes, pero no se informó de víctimas y a primera hora del miércoles la zona fronteriza estaba tranquila.
Las autoridades israelíes no han realizado comentarios sobre el ataque que mató a Arouri, pero vocero del ejército, el contralmirante Daniel Hagari, dijo que “estamos muy preparados para cualquier escenario”.
Estados Unidos ha tratado de evitar que el conflicto se extienda y desplegó dos portaaviones y otros activos militares en la región, a la que se espera que viaje esta semana su secretario de Estado, Antony Blinken.