El gobierno del presidente Joe Biden tuvo dificultades para examinar y monitorear adecuadamente los hogares donde colocó a los niños migrantes que llegaron en gran número a la frontera entre Estados Unidos y México en 2021, según un informe federal publicado el jueves.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos debe evaluar a los adultos que se ofrecen voluntariamente para acoger a niños que llegan al país sin sus padres. Pero el análisis concluyó que el departamento no pudo demostrar que realizó controles básicos de seguridad —como verificaciones de domicilio o antecedentes penales— en algunos adultos que recibieron a los niños. En aproximadamente un tercio de los casos revisados por el organismo de control federal, la agencia no tenía documentación legible para los adultos registrados.

“Hallamos que los expedientes de los casos de los niños y los registros de los patrocinadores no siempre estaban actualizados con documentación e información importantes”, dijo Haley Lubeck, analista de la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que realizó la revisión.

El departamento de salud respondió al informe diciendo que había mejorado el proceso y que el informe sólo muestra un intervalo limitado de cómo la agencia manejó los casos “durante una afluencia sin precedentes”. El departamento indicó que también ha agregado nueva capacitación para sus empleados que atienden a niños migrantes.