De acuerdo con datos divulgados por el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), los gobiernos de Estados Unidos y México han deportado a 20,018 inmigrantes guatemaltecos, cifra equivalente a un 25% más con respecto a los tres primeros meses del año pasado.

En los registros del gobierno se indica que, entre enero, febrero y parte de marzo de 2023, 15,002 ciudadanos guatemaltecos fueron enviados de regreso a su país.

De esta manera, a Bernardo Arévalo de León, actual presidente de Guatemala le tocó lidiar con las consecuencias de un problema no solucionado por su antecesor Alejandro Giammattei.

Sin embargo, después de sostener una reunión con Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se comprometió a establecer varios programas que les generen oportunidades de trabajo a los guatemaltecos enfocados a evitar que migren a otros destinos en busca de un mejor provenir.

De hecho, ya se definió una agenda trilateral de trabajo donde participan las autoridades estadounidenses, así como las cancillerías de México y Guatemala.

En este sentido, el eje de trabajo prioritario está relacionado con la inmigración, el narcotráfico y la seguridad regional.

Hasta mediados de este mes, el gobierno estadounidense había deportado de su territorio a 18,437 inmigrantes chapines; en tanto que las autoridades mexicanas reportan haber hecho lo mismo con otros 1,632.

En cifras concretas, durante 2022, fueron enviados de regreso a Guatemala a 40,713 personas y, 12 meses después, la cifra se elevó 35% al llegar a 55,302.

Cabe señalar que, esta semana, José Fernández, subsecretario de Economía de Estados Unidos, visitó Guatemala y se comprometió a invertir $50 millones de dólares en programas encaminados a evitar la migración de sus habitantes.

De acuerdo con informes de la cancillería de la nación centroamericana se estima que en Estados Unidos viven cerca de tres millones de guatemaltecos, la mayoría de los cuales se encuentran en situación irregular con la probabilidad latente de ser deportados en cualquier momento.

No obstante, la falta de trabajo bien remunerado y la violencia que prevalece en su nación los ha obligado a buscar una mejor manera de salir adelante, aunque sea viviendo como indocumentados en la Unión Americana.