Las tropas israelíes tomaron el martes el control del vital cruce fronterizo de Rafah, en la Franja de Gaza, en lo que la Casa Blanca describió como un operativo limitado, mientras aumentan los temores de una invasión a gran escala en la ciudad sureña y las negociaciones con Hamás en torno a un cese del fuego y la liberación de rehenes siguen en el filo de la navaja.
La ONU advirtió de un posible colapso del flujo de ayuda a los palestinos por el cierre del cruce de Rafah, limítrofe con Egipto, y del otro cruce principal hacia Gaza, Kerem Shalom, desde Israel, en un momento en el que, según funcionarios de la ONU, Gaza está experimentando una “hambruna total”.
La incursión israelí se produjo tras horas de tensiones en la guerra que libran Israel y Hamás, donde el grupo insurgente dijo en la víspera que aceptaba la propuesta de alto el fuego que Israel insistió que no satisfacía sus principales demandas.
Las acciones diplomáticas y las maniobras militares dejaron un atisbo de esperanza para que se alcance un acuerdo que permita al menos una pausa en la guerra, la cual ha causado la muerte de más de 34.700 palestinos, de acuerdo con las autoridades de salud locales, y ha devastado la Franja de Gaza.