Miles de israelíes, en su mayoría ultranacionalistas, participaron el miércoles en una marcha anual por un populoso vecindario palestino en la Ciudad Vieja de Jerusalén, algunos coreando “Muerte a los árabes”.

Jerusalén, que está en el corazón del conflicto israelí-palestino, ha estado tranquila en su mayor parte durante la guerra entre Israel y Hamás, pero la marcha, considerada provocadora por los palestinos, podría generar tensiones generalizadas como ocurrió hace tres años, cuando contribuyó a provocar una guerra de 11 días en Gaza.

Los manifestantes reunidos afuera de la Puerta de Damasco de la histórica Ciudad Vieja de Jerusalén, un importante lugar de reunión para los palestinos del este de la ciudad, corearon consignas antiárabes y antiislámicas, bailaron y ondearon banderas israelíes al inicio de la procesión.

El ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, que varias veces ha hecho polémicas visitas al sitio sagrado de Jerusalén, dijo que la marcha envió un mensaje a Hamás.

“Desde aquí enviamos un mensaje a Hamás: Jerusalén es nuestra. La Puerta de Damasco es nuestra”, dijo a los manifestantes al inicio de la marcha. “Y, con la ayuda de Dios, la victoria total es nuestra”, dijo Ben-Gvir, refiriéndose a la guerra en Gaza, que él ha exigido que continúe hasta que Hamás sea derrotado.