El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió el miércoles la guerra de Israel en Gaza y condenó a los manifestantes estadounidenses en un discurso pronunciado en el Congreso de Estados Unidos, el cual fue boicoteado por muchos legisladores demócratas y atrajo a miles de personas al Capitolio para condenar la guerra y la crisis humanitaria que ha creado.

Netanyahu prometió seguir con la guerra hasta la “victoria total”, defraudando las esperanzas de algunos de que la visita del líder israelí a Estados Unidos pudiera suponer algún avance en las negociaciones para un alto al fuego y la liberación de rehenes.

Entre los aplausos de los legisladores estadounidenses y el silencio sepulcral de otros, Netanyahu trató de apuntalar el apoyo de Estados Unidos a la lucha de su país contra Hamás y otros grupos armados apoyados por Irán.

“Estados Unidos e Israel deben permanecer unidos. Cuando estamos juntos ocurre algo muy sencillo: Nosotros ganamos, ellos pierden”, dijo Netanyahu, que llevaba un pin amarillo como muestra de solidaridad con los israelíes que están en manos de Hamás.