Un cohete lanzado el sábado contra un campo de fútbol dejó un saldo de al menos 11 niños y adolescentes muertos, según autoridades israelíes, en el ataque más mortífero contra un objetivo israelí a lo largo de su frontera norte desde que comenzaron sus enfrentamientos contra la guerrilla libanesa Hezbollah. Lo sucedido desató temores de una guerra regional.
Israel culpó a Hezbollah del ataque en los Altos del Golán, pero Hezbollah negó cualquier participación. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Hezbollah “pagará un alto precio por este ataque, uno que no ha pagado hasta ahora”.
El principal vocero del ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari, dijo que otras 20 personas resultaron heridas.
“No hay duda de que Hezbollah ha cruzado todas las líneas rojas en este caso, y la respuesta lo reflejará”, declaró el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, al Canal 12 israelí. “Nos estamos acercando a una guerra total”.
El principal vocero de Hezbollah, Mohammed Afif, dijo a The Associated Press que el grupo “niega categóricamente haber llevado a cabo un ataque en Majdal Shams”. No es habitual que Hezbollah niegue un ataque.