Ataques nocturnos israelíes en Gaza mataron a 29 personas, entre ellas una familia con quintillizos de 10 años, informaron autoridades sanitarias, al tiempo que el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken llegaba a Israel para intentar cerrar un acuerdo de cese el fuego que pueda ayudar a relajar las tensiones que han aumentado recientemente en la región.
Estados Unidos y los otros mediadores, Egipto y Qatar, han señalado que estaban cerca de un acuerdo tras dos días de negociaciones en Doha, en las que funcionarios de Israel han expresado un cauto optimismo. Sin embargo, en un comunicado emitido el domingo, Hamás acusó al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu de establecer nuevas condiciones, incluyendo su negativa a una retirada completa de sus fuerzas de Gaza.
La propuesta, que ha ido evolucionando, contempla un proceso de tres fases en que Hamás liberará a todos los rehenes que tomó durante el ataque del 7 de octubre, que provocó la guerra más letal que han librado nunca israelíes y palestinos. A cambio, Israel retirará sus fuerzas de Gaza y liberará a prisioneros palestinos.
En la guerra, Israel ha matado a más de 40.000 palestinos, según autoridades locales de salud, desplazado a la gran mayoría de los 2,3 millones de habitantes del territorio y ha llevado a expertos a advertir sobre una hambruna y de brotes de enfermedades como la poliomielitis.