Decenas de miles de israelíes afligidos y enojados salieron a las calles el domingo por la noche tras el hallazgo de otros seis rehenes muertos en Gaza, coreando “¡ahora! ¡ahora!” mientras le exigían al primer ministro Benjamín Netanyahu que alcance un cese del fuego con Hamás para traer a los rehenes restantes de vuelta a Israel.

La protesta masiva pareció ser la mayor de este tipo en 11 meses de guerra. Los manifestantes dijeron que parecía ser un posible punto de inflexión, aunque el país se encuentra profundamente dividido.

El mayor sindicato de Israel, la Histadrut, presionó aún más al gobierno al convocar a una huelga general para el lunes, la primera desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 que desató la guerra. Su objetivo es paralizar o afectar los principales sectores de la economía, incluidos la banca, los servicios de salud y el principal aeropuerto del país.

Las negociaciones para el cese del fuego se han prolongado durante meses. Muchos culpan a Netanyahu de no haber logrado un acuerdo, algo que la mayoría de los israelíes desea, según sondeos de opinión. Pero el primer ministro también cuenta con apoyo significativo a su estrategia de “victoria total” contra Hamás, aunque un acuerdo para recuperar a los rehenes tenga que esperar.