El martes, al salir el sol, Robert Robinson se levantó de la acera, en las inmediaciones de la estación de autobuses de Fort Lauderdale. Allí durmió y se convirtió en un infractor de una ley recién aprobada en Florida.
Bajo la ley que entró en vigor el martes, ahora es ilegal en Florida dormir en las aceras, parques, playas u otros espacios públicos, una de las medidas más estrictas del país contra la indigencia.
“¿A dónde van a meter a toda esta gente?”, preguntó Robinson, señalando a varias personas sin hogar que se encontraban cerca. Robinson, de 61 años, quien en el pasado trabajó como instalador de vallas, reunió su poca ropa, pasta de dientes y una caja de comida para gatos que esperaba vender por 2 dólares y los cargó en la silla de ruedas que utiliza como andador y vagón. “No hay suficientes camas en el refugio”.
Fort Lauderdale y las demás ciudades y condados de Florida sólo tienen tres meses para solucionar el problema. A partir del 1 de enero, los residentes, los propietarios de negocios y las autoridades estatales pueden demandar a los municipios que consideren que no están haciendo lo suficiente. Con la nueva ley, los gobiernos locales deben promulgar ordenanzas para crear, reforzar y hacer cumplir programas que ayuden a sacar de la calle a las personas sin hogar.