Se tocan las últimas puertas, los anuncios suenan fuerte, y los candidatos hacen su último esfuerzo de promoción con los votantes. Aun con el enérgico impulso final, las contiendas por el control del Congreso están en un punto muerto, siendo esencialmente una moneda al aire para la Cámara y una lucha hasta el final para el Senado.

El resultado de las elecciones del martes dará forma al futuro del país y determinará si la nueva Casa Blanca tiene aliados o escépticos en el Capitolio, o enfrenta un Congreso dividido como en la sesión pasada, que ha sido una de las más tumultuosas e improductivas en tiempos modernos.

Mientras los votantes evalúan sus opciones presidenciales entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, también evalúan quién los representará en el Congreso.

“Por esto soy independiente”, dijo el votante Gary Motta de Cuyahoga Falls, Ohio, que no se mostraba contento con ninguna de las opciones para presidente, mientras asistía a un evento matutino dominical a favor del republicano Kevin Coughlin, quien intenta desbancar a la representante demócrata, Emilia Sykes.

La lucha por el control del Congreso ha durado meses. Los candidatos han discutido sobre los grandes temas —la economía, la frontera, la atención sanitaria reproductiva y el futuro de la democracia— pero también sobre el propio Congreso, que tuvo una caótica sesión mientras la Cámara, liderada por los republicanos, destituía a su presidente y apenas evitaba cierres del gobierno.

Esta es la primera elección presidencial desde el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio, y muchos legisladores republicanos que votaron en contra de certificar la victoria de Joe Biden en la Casa Blanca sobre Trump buscan la reelección.

Los candidatos republicanos, muchos de ellos respaldados por el expresidente, deben responder por él en varios frentes. Entre ellos está la decisión de la Corte Suprema, con tres jueces nominados por Trump, que eliminó el derecho al acceso al aborto.

Los demócratas enfrentan preguntas difíciles sobre los logros de Biden-Harris en la frontera entre Estados Unidos y México y sobre la inflación durante su periodo en la Casa Blanca.

La mayoría de las campañas de la Cámara, altamente disputadas, se llevan a cabo más allá de los estados pendulares en la elección presidencial, entre ellos, Nueva York y California, donde el republicano Kevin McCarthy, destituido como presidente antes de dejar el Congreso, había hecho avances en su estado natal. Los demócratas, bajo el liderazgo de Hakeem Jeffries, líder de la Cámara por el partido, ahora intentan recuperar esos escaños.

A partir del sábado, el representante de California, Pete Aguilar, presidente del caucus demócrata, iniciará una gira de nueve paradas por el Estado Dorado para recuperar escaños.

“Hay mucha energía allí afuera”, dijo la representante de Washington Suzan DelBene, que encabeza el Comité de Campaña del Congreso Demócrata (DCCC, por sus siglas en inglés), en una entrevista desde Omaha, Nebraska, un sorprendente campo de batalla, después de una gira por Nueva York. “Trabajamos duro para hacer que la gente vote”.

Dijo que hay “toneladas de voluntarios en el terreno, mucha energía, gente muy, muy enfocada. Entienden que hay mucho en juego”.

Este año electoral se destaca el mundo de la recaudación de fondos para campañas en constante escalada: se están gastando unos asombrosos 2.500 millones de dólares para ganar el Senado y casi 1.000 millones en la Cámara.

Los republicanos podrían perder el Senado, una coda a la larga administración de su líder del partido, Mitch McConnell, de Kentucky. Él reclutó a candidatos republicanos adinerados, muchos respaldados por Trump, para enfrentarse a media docena de demócratas en funciones, que enfrentan difíciles reelecciones.

En Montana, el senador demócrata Jon Tester participa en una de las contiendas más competitivas del país, la cual podría dar el control a los republicanos. Pero media docena más de contiendas senatoriales, incluso en el “muro azul” de Michigan, Wisconsin y Pensilvania, están tan cerradas como la carrera presidencial en esos estados.

Pero hay cambios de última hora que inyectan una nueva incertidumbre en otras contiendas senatoriales, poniendo al senador Ted Cruz a la defensiva en Texas, un estado fuertemente republicano, donde el representante demócrata, Colin Allred, ha visto un aumento de energía, que incluye el mitin estelar de Harris en Houston con Beyoncé, la heroína local. El independiente de Nebraska Dan Osborne ha tomado por sorpresa a los republicanos en Nebraska mientras intenta desbancar a la senadora republicana Deb Fischer.

Otros candidatos republicanos al Senado han tropezado.

En Ohio, el republicano Bernie Moreno, quien se enfrenta al senador demócrata Sherrod Brown, criticó a las mujeres suburbanas que hacen del acceso al aborto un tema prioritario. El republicano Tim Sheehy hizo comentarios despectivos sobre los nativos americanos, un bloque clave de votantes en su contienda contra Tester en Montana.

Mientras que los republicanos delegan sus esfuerzos para obtener votos a nuevos grupos, entre ellos, el America PAC de Elon Musk, los comités de campaña han tenido que establecer los suyos propios para asegurar que la gente vote.

Davide Cuigini, parte de los Jóvenes Republicanos que trabajan para obtener votos a favor de Moreno en Ohio, dijo el fin de semana pasado: “Los republicanos finalmente están votando anticipadamente, así que eso va a hacer una diferencia”.

Sin embargo, la energía del lado demócrata creció rápidamente una vez que Harris reemplazó a Biden en la candidatura de su partido durante el verano.

La demócrata Angela Alsobrooks en Maryland, quien podría hacer historia junto a Lisa Blunt Rochester de Delaware, como mujeres negras en el Senado, recibió la semana pasada al expresidente Barack Obama. Alsobrooks se enfrenta a Larry Hogan, un popular exgobernador.

En la Cámara, los demócratas han visto varios cambios en su favor, según analistas no partidistas. Pero otros, en Alaska y un escaño abierto en Michigan, se inclinan hacia los republicanos. Dos de los legisladores con más tiempo en la Cámara enfrentan las luchas de sus vidas políticas en Ohio y California.

Aun así, un memorando interno del DCCC mostró que 21 de 25 escaños en disputa aún están cerrados, una semana antes de las elecciones.

También hay campos de batalla inusuales, incluyendo lo que los habitantes de Nebraska llaman el “punto azul” alrededor de Omaha, donde el representante republicano, Don Bacon, enfrenta un desafío del demócrata Tony Vargas.

El resultado de las contiendas será una prueba del liderazgo de la Cámara bajo el presidente Mike Johnson. Él dijo en una parada reciente cerca de Akron, Ohio, que sabe que ganarán con los “encantadores guerreros” como candidatos del Partido Republicano.

Jeffries, que se convertirá en presidente de la Cámara si los demócratas toman el control, dijo que ha decidido “mantener la calma”, incluso si la posibilidad de eventos inesperados lo mantiene despierto por la noche.

Sería raro que las dos cámaras cambiaran de control partidista, aunque ello es posible.

Los registros muestran que si los demócratas toman la Cámara y los republicanos toman el Senado, sería la primera vez que las cámaras del Congreso hayan cambiado a partidos políticos opuestos.

“Esta elección es muy importante”, dijo el representante Jamie Raskin de Maryland, haciendo campaña por un compañero demócrata en una de las contiendas de la Cámara de su estado.