Hezbollah disparó unos 250 cohetes y otros proyectiles hacia Israel el domingo, hiriendo a siete personas en uno de los ataques más intensos del grupo político-paramilitar en meses, en respuesta a los ataques israelíes en Beirut mientras los negociadores seguían intentando alcanzar un cese al fuego y detener la guerra abierta.
Algunos de los cohetes llegaron a la zona de Tel Aviv, en el corazón de Israel.
Mientras tanto, un ataque israelí contra un centro del Ejército libanés el domingo mató a un soldado e hirió a otros 18 en el suroeste, entre Tiro y Naqoura, informó el Ejército en Líbano. El Ejército israelí expresó su pesar, diciendo que el ataque ocurrió en una zona de combate en curso contra Hezbollah y que sus operaciones están dirigidas exclusivamente a los milicianos.
Más de 40 soldados libaneses han muerto en ataques israelíes desde que comenzó la guerra entre Israel y Hezbollah, aunque el Ejército de Líbano ha permanecido al margen en gran medida.
El primer ministro interino de Líbano, Najib Mikati, condenó el ataque más reciente, llamándolo una embestida a los empeños por alcanzar un cese al fuego encabezados por Estados Unidos. Dijo que había sido un “mensaje directo y sangriento que rechaza todos los esfuerzos y contactos en curso” para poner fin a la guerra.