Las fuerzas israelíes se retiraron el domingo de un corredor clave en Gaza en el último compromiso de un tenue alto el fuego, mientras que la conmoción por la liberación de rehenes demacrados renovó la presión sobre el primer ministro Benjamin Netanyahu para ampliar la tregua más allá de la primera fase que finaliza dentro de tres semanas.
Las conversaciones sobre la segunda fase, que prevé la liberación de más rehenes y la retirada completa de Israel de Gaza, debían comenzar el 3 de febrero. Pero Israel y Hamás parecen haber avanzado poco.
Netanyahu iba a enviar una delegación a Qatar, un mediador clave, pero estaba formada por funcionarios de bajo nivel, lo que ha desatado especulaciones sobre la posibilidad de que no conduzca a ningún avance. Netanyahu, que regresó a Israel tras una visita a Estados Unidos para reunirse con el presidente Donald Trump, tiene previsto convocar el martes a los ministros del Gabinete de Seguridad.
Las familias de los rehenes restantes advirtieron de que el tiempo se agota para los que siguen con vida.
“No podemos dejar que los rehenes sigan allí. No hay otro camino. Hago un llamamiento al Consejo de Ministros”, declaró Ella Ben Ami, hija de un rehén liberado el sábado, añadiendo que ahora comprende que el precio del cautiverio es mucho peor de lo imaginado