comunidad haitiana en Estados Unidos ha expresado su temor por la política del presidente Donald Trump que amenaza con deportar a unos 500.000 beneficiarios de un estatuto de protección temporal (TPS), concedido tras el devastador terremoto de 2010.

Desde 2024 Trump ha revocado el estatus legal de los migrantes que ingresaron al país a través de CBP One, según informó The Associated Press en abril. La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, tiene como objetivo cancelar el TPS para los haitianos el 3 de agosto, con fecha de entrada en vigor el 2 de septiembre.

“Esta decisión restaura la integridad de nuestro sistema de inmigración y garantiza que el Estatus de Protección Temporal sea realmente temporal. La situación ambiental en Haití ha mejorado lo suficiente como para que los ciudadanos haitianos regresen a casa con seguridad”, comentó un portavoz del DHS en junio pasado.

En Miami y Nueva York, donde residen las comunidades haitianas más grandes, se ha evidenciado un temor generalizado de sufrir una deportación a ese país sumido en el caos y la violencia de las pandillas.

El miedo invade a las familias haitianas

Dos hermanas llegaron a Estados Unidos en 2024 huyendo de la violencia generalizada que se registra en Haití debido al enfrentamiento entre bandas, lo que impedía realizar actividades incluso rutinarias, como ir al supermercado.

Titi, una inmigrante haitiana de 28 años que pidió ser identificada por un seudónimo para evitar ser objeto de autoridades migratorias, tiene 8 meses de embarazo. Ambas ingresaron mediante la aplicación CBP One.

Este sistema que llegó en 2020, fue diseñado principalmente a conductores de camiones comerciales y otros usuarios de la industria. Sin embargo, el 2023 se amplió para permitir que los solicitantes de asilo programen citas en la frontera sur antes de poder ingresar a Estados Unidos.

No hay seguridad en Haití en este momento. En cambio, diría que la situación ha empeorado desde que me fui”, comentó Titi en conversación con CNN, en su idioma nativo a través de un traductor.

Otro de los casos fue el de Clarens, otra mujer haitiana que también llegó a Estados Unidos en 2024 y obtuvo un TPS. Su sueño era poder llevarse al resto de su familia y sacarla de la incertidumbre que se vive constantemente en Haití.

“Vine aquí en busca de refugio y ahora quieren echarme. Creí en el sueño americano, y pensé que podría traer al resto de mi familia aquí. Pensé que seríamos capaces de prosperar en Estados Unidos”, expresó por su parte Clarens.

Debido a esta incertidumbre muchos inmigrantes haitianos y de otras nacionalidades evitan ir a la iglesia, a su trabajo o incluso al médico por miedo a ser detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).