El enviado para Oriente Medio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó el viernes un centro de distribución de ayuda en la Franja de Gaza operado por un contratista estadounidense respaldado por Israel, cuyos esfuerzos para entregar alimentos al territorio afectado por la hambruna se han visto empañados por la violencia y la polémica.

Los expertos internacionales advirtieron esta semana que un “peor escenario de hambruna” se está desarrollando en Gaza. La ofensiva militar de casi 22 meses de Israel contra Hamás ha destrozado la seguridad en el territorio de unos 2 millones de palestinos y ha hecho casi imposible entregar alimentos de manera segura a las personas hambrientas.

El enviado de Oriente Medio, Steve Witkoff, y el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, recorrieron un centro de distribución de la Fundación Humanitaria de Gaza (Gaza Humanitarian Foundation, GHF) en Rafah, la ciudad más al sur del enclave palestino, que ha sido casi completamente destruida y ahora es una zona militar israelí en gran parte despoblada.

Cientos de personas han sido asesinadas por soldados israelíes cuando se dirigían a estos sitios de ayuda desde mayo, según testigos, autoridades de salud y la oficina de derechos humanos de la ONU. Israel y la GHF aseguran que sólo han realizado disparos de advertencia y que el número de muertos ha sido exagerado.