Los presidentes de las naciones amazónicas de América del Sur se reunieron el viernes junto a líderes indígenas con el fin de acordar un plan conjunto para salvaguardar la selva tropical más grande del mundo, una vasta región considerada crucial para frenar el calentamiento global.
Reunidos en Bogotá, los presidentes de Colombia, Brasil y Bolivia se sumaron a la vicepresidenta de Ecuador y otros altos funcionarios de las naciones que comparten la Amazonía.
“No existe una salida individual para la crisis climática”, declaró el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. “Necesitamos una nueva gobernanza global, con la autoridad para asegurar que los países cumplan sus promesas”.
La vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, instó a los dirigentes a ir más allá de las “declaraciones” y “buenos deseos” hacia “acciones concretas” para proteger la Amazonía, diciendo que es una responsabilidad de la región y su legado para el mundo. Indicó que el trabajo debe encabezarse desde los territorios, “escuchando a las comunidades” y “con respeto a sus saberes ancestrales”, y enfatizó que la selva tropical debe estar en el centro de la agenda global porque “lo que pase aquí determina el futuro de todos”.
“Desde Ecuador creemos que las soluciones no se construyen desde las capitales, sino desde los territorios, escuchando y trabajando junto a nuestra gente”, expresó Pinto. “Debemos mantener a la Amazonía en el centro de la conversación mundial”.
La víspera de la reunión, los ministros de relaciones exteriores de los ocho miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica —un organismo intergubernamental poco conocido y con décadas de antigüedad que vincula a todos los países de la cuenca amazónica— aprobaron 20 resoluciones. Estas van desde un nuevo Mecanismo Amazónico de Pueblos Indígenas hasta iniciativas sobre seguridad alimentaria, riesgo climático y fortalecimiento institucional.
Altos funcionarios también se reunieron el jueves para examinar los avances en los compromisos asumidos en la Declaración de Belém, un acuerdo de 2023 firmado en Brasil en el que se prometió tener una coordinación más estrecha en la protección de la Amazonía, incluidas políticas sobre deforestación, cambio climático y derechos indígenas.
Cada país de la OTCA nombrará a dos delegados gubernamentales y dos delegados indígenas para el organismo, que se reunirá anualmente y podrá convocar sesiones extraordinarias. Las decisiones deben tomarse por unanimidad.
Oswaldo Muca, quien representa a las comunidades indígenas amazónicas de Colombia, dijo a The Associated Press al margen del evento del viernes que su comunidad está comprometida con “salvaguardar territorio, salvaguardar la Amazonía, protegerla, cuidarla”. Indicó que se oponen a la minería y a la exploración petrolera porque destruyen “nuestro territorio, la humanidad, la vida”.