El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, designó el lunes como “organización terrorista doméstica” al movimiento Antifa del país y lo relaciona de forma directa con “la violencia política vigente”.
La orden ejecutiva firmada por el mandatario declara a Antifa como “organización terrorista nacional”, atribuyéndole un patrón sistemático de violencia política diseñado para socavar el estado de derecho y reprimir la actividad política legal en Estados Unidos.
Según el documento, el movimiento utiliza “ataques violentos contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y otros agentes del orden” como parte de su estrategia para lograr objetivos políticos mediante la coerción y la intimidación.
También aclara que la medida se implementará conforme a la ley vigente y no crea derechos legales exigibles contra el Gobierno de Estados Unidos o sus funcionarios.
Antifa es un movimiento descentralizado de izquierda que se opone a los grupos de extrema derecha, racistas y fascistas, ha atraído durante mucho tiempo las críticas del presidente estadounidense, quien ha oficializado su designación como terrorista pese a que no existe un líder o una organización formal a quien acusar.
En 2020, el entonces director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Christopher Wray, afirmó que Antifa era una ideología más que una organización formal.