La oficina de presupuesto de la Casa Blanca indicó el viernes que han comenzado los despidos masivos de trabajadores federales, en un intento del gobierno del presidente Donald Trump de ejercer mayor presión sobre los legisladores demócratas mientras el cierre del gobierno llegaba a su 10mo día.
Russ Vought, el director de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB, por sus siglas en inglés), manifestó en la red social X que los “RIF han comenzado”, refiriéndose, por sus siglas en inglés, a los planes de reducción de personal.
En un documento jurídico, la oficina de presupuesto indicó que más de 4.000 empleados serían despedidos, aunque señaló que la situación de financiamiento era “fluida y evolucionaba rápidamente”.
Los despidos afectarían más a los departamentos del Tesoro, que perdería más de 1.400 empleados; Salud y Servicios Humanos, con una pérdida de más de 1.100; y Vivienda y Desarrollo Urbano, que prescindiría de más de 400. Los departamentos de Comercio, Educación, Energía, Seguridad Nacional y la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) también despedirían a cientos de empleados más. No estaba claro qué programas específicos serían afectados.
La agresiva medida de la oficina de presupuesto de Trump va mucho más allá de lo que suele ocurrir en un cierre del gobierno y recrudece una dinámica ya tóxica entre la Casa Blanca y el Congreso. Las conversaciones para poner fin al cierre son casi inexistentes.
Típicamente, los trabajadores federales son suspendidos temporalmente, pero regresan a sus puestos una vez que el cierre termina, tradicionalmente con pago retroactivo. Se calcula que unos 750.000 empleados sean suspendidos durante el cierre, según han dicho funcionarios.