Rusia atacó la red eléctrica de Ucrania durante la noche, como parte de una campaña en curso para paralizar la infraestructura energética ucraniana previo al invierno, y expresó “extrema preocupación” por la posibilidad de que Estados Unidos proporcione misiles de crucero Tomahawk a Ucrania.

El gobernador regional de Kiev, Mykola Kalashnyk, dijo el domingo, que dos empleados de la mayor empresa privada de energía de Ucrania, DTEK, resultaron heridos en ataques rusos a una subestación. El Ministerio de Energía de Ucrania informó que la infraestructura también fue atacada en las regiones de Donetsk, Odesa y Chernihiv.

“Rusia continúa su terror aéreo contra nuestras ciudades y comunidades, intensificando los ataques a nuestra infraestructura energética”, escribió en X el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, señalando que Rusia había lanzado “más de 3.100 drones, 92 misiles y alrededor de 1.360 bombas planeadoras” durante la última semana.

Zelenskyy pidió sanciones más estrictas para los compradores de petróleo ruso. “Las sanciones, aranceles y acciones conjuntas contra los compradores de petróleo ruso, aquellos que financian esta guerra, deben permanecer sobre la mesa”, escribió, añadiendo que tuvo una llamada telefónica “muy productiva” con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la que discutieron el fortalecimiento de la “defensa aérea, la resiliencia y las capacidades de largo alcance” de Ucrania, junto con “detalles relacionados con el sector energético”.