El Gobierno de Trump tomará medidas para volver a entrevistar a ciertos refugiados que fueron admitidos en Estados Unidos bajo el expresidente Joe Biden como parte de una revisión integral de sus casos, según un memorando interno y una fuente familiarizada con los planes.
La iniciativa marca un paso sin precedentes en la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump, esta vez, apuntando a una de las poblaciones más vulnerables del mundo. Los refugiados deben demostrar que fueron perseguidos o enfrentan persecución en sus países de origen y someterse a una rigurosa verificación antes de ingresar a Estados Unidos en lo que generalmente es un proceso de varios años.
Los funcionarios de Trump han examinado minuciosamente el programa de admisión, que históricamente ha contado con apoyo bipartidista, y argumentaron que el Gobierno anterior no verificó suficientemente a las personas que ingresaron a EE.UU. Trump ha detenido en gran medida la admisión de refugiados, con la excepción limitada de sudafricanos blancos.
CNN contactó a los departamentos de Estado y Seguridad Nacional, así como a la Casa Blanca, para obtener comentarios.
Durante años, EE.UU. superó a otros países en admisión de refugiados, permitiendo la entrada de millones al país desde la Ley de Refugiados de 1980. Pero el programa sufrió un golpe durante el primer mandato de Trump, cuando recortó el número de refugiados permitidos en EE.UU., y durante la pandemia de coronavirus, que resultó en una suspensión temporal de los reasentamientos. Biden intentó reconstruir el programa y finalmente estableció un tope anual de 125.000 admisiones.
























