Ucrania ha aceptado el marco de un acuerdo de paz negociado por Donald Trump, según aseguran medios norteamericanos, lo que marcaría un posible punto de inflexión tras casi cuatro años de guerra. Fuentes diplomáticas aseguran que Kiev habría dado su visto bueno a una versión revisada del plan durante una reunión celebrada en Abu Dabi el pasado martes entre altos cargos estadounidenses y una delegación ucraniana.

La presencia simultánea de representantes rusos en la capital emiratí ha alimentado la posibilidad de contactos indirectos entre Moscú y Kiev, aunque no existe confirmación de que se produjera un encuentro conjunto. De momento, ni el Kremlin ni la Presidencia ucraniana han realizado declaraciones públicas, manteniendo una cautela absoluta ante la aparición de las filtraciones en prensa.

Las informaciones saltaron cuando un funcionario estadounidense, citado de forma anónima por ABC News, afirmó que «sólo quedan detalles menores por cerrar» y que Ucrania «ha aceptado el acuerdo de paz». Del lado ucraniano, otro responsable, también bajo condición de anonimato, indicó a Reuters que Kiev respalda «la esencia del marco» discutidos días antes en Ginebra, aunque subrayó que los puntos más sensibles serán tratados directamente por Volodímir Zelenski y el presidente norteamericano, Donald Trump.

Rusia, en cambio, ha optado por la prudencia. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, sostuvo que todavía «no hay nada que comentar», y que Moscú sigue con atención las publicaciones de los medios mientras espera recibir información oficial. También adelantó que existen borradores distintos circulando y que su contenido estaría siendo «ajustado».

Los avances llegan en un contexto de fuerte presión internacional para que Ucrania acepte un compromiso con Rusia. La semana pasada trascendió que Washington y Moscú habían intercambiado propuestas en secreto y elaborado un borrador de 28 puntos que, según diversas fuentes, respondía en gran medida a las exigencias del Kremlin. Ese texto —del cual Ucrania no formó parte— incluía concesiones territoriales en el Donbás, recortes significativos en el tamaño del ejército ucraniano y otras cláusulas consideradas inasumibles por Kiev.

La publicación del contenido provocó un silencio tenso entre Zelenski y sus aliados europeos, pues muchos analistas interpretaron el documento como una virtual rendición de Ucrania frente a las demandas más amplias de Moscú. De hecho, Trump puso un plazo límite a Kiev para responder, incrementando la presión sobre el gobierno ucraniano.

Putin, por su parte, aplaudió la propuesta basada en el borrador estadounidense-ruso y la calificó como «fundamento de un posible acuerdo final». Zelenski rompió finalmente su silencio y reconoció que el país se enfrenta a una de las decisiones más complicadas de su historia reciente, diciendo que Ucrania está atrapada entre «perder su dignidad o perder a un socio esencial», en referencia a Estados Unidos.

Mientras tanto, queda por ver si Rusia aceptará la versión modificada que, según las filtraciones, Ucrania está dispuesta a contemplar. Hasta ahora, no existe una confirmación oficial del contenido ni un calendario claro para la continuidad de las negociaciones.