Los abogados de inmigración en el sur de Florida advierten que algunos inmigrantes cuyo Estatus de Protección Temporal (TPS) ya expiró o está próximo a vencer podrían contar con alternativas legales para evitar la deportación, en un contexto marcado por la preocupación creciente dentro de los centros de detención migratoria.
La orientación surge mientras familiares de personas detenidas continúan alzando la voz para visibilizar lo que describen como un ambiente de miedo e incertidumbre en las instalaciones de inmigración del sur de Florida, donde muchos detenidos enfrentan procesos sin claridad sobre su futuro inmediato.
La abogada de inmigración Patricia Elizee explicó que ciertos titulares de TPS pueden ser elegibles para solicitar un estatus legal a través de un tribunal de inmigración, dependiendo de factores como los vínculos familiares y el tiempo de residencia en Estados Unidos, una opción poco conocida entre los afectados.
Según Elizee, quienes logren demostrar que han vivido en el país por más de 10 años y cuenten con un familiar directo que sea ciudadano estadounidense o residente permanente podrían tener la posibilidad de que un juez les conceda una Green Card, dijo Patricia Elizee.
La abogada aclaró que el familiar calificado debe ser padre, madre, cónyuge o hijo, y subrayó que el proceso es completamente discrecional. Por ello, recomendó contratar a un abogado especializado, ya que cada caso es evaluado individualmente por un juez de inmigración, señaló Patricia Elizee.
Familias enfrentan la detención y la incertidumbre
Decenas de miles de beneficiarios del TPS residen actualmente en el sur de Florida, una región donde el impacto de las detenciones se siente con fuerza en comunidades enteras. Mientras se difundía esta información legal, más familias se enfrentaban a la realidad de ver a sus seres queridos bajo custodia migratoria.
Arianne Betancourt se quebró al hablar públicamente de su padre, Justo Betancourt, quien se encuentra detenido en un centro de inmigración. “Papi, te amo y haré lo que sea para luchar por ti”, expresó entre lágrimas Arianne Betancourt.
Al ser consultada sobre los antecedentes de su padre, Betancourt reconoció que existe un historial penal. Se trata de un cargo de conspiración ocurrido hace 12 años, por el cual cumplió prisión y libertad condicional, afirmó Arianne Betancourt.
Una revisión de la base de datos “Lo peor de lo peor”, recientemente publicada por el Departamento de Seguridad Nacional, no incluye el nombre de Justo Betancourt. No obstante, su hija expresó preocupación por su salud, ya que padece diabetes y otras condiciones que requieren múltiples medicamentos diarios, dijo Arianne Betancourt.
De pie frente al centro de detención, Betancourt reflexionó sobre el impacto en las familias que crecieron en Estados Unidos. Recordó el Juramento a la Bandera y pidió coherencia con sus valores finales: libertad y justicia para todos, concluyó Arianne Betancourt.
























