Durante su primer mensaje del día de Navidad, el papa León XIV instó a los fieles a abandonar la indiferencia ante aquellos que lo han perdido todo, como en Gaza, aquellos que están empobrecidos, como en Yemen, y los muchos migrantes que cruzan el mar Mediterráneo y el continente americano en busca de un futuro mejor.
El primer pontífice estadounidense se dirigió a unas 26.000 personas desde la logia con vista a la plaza de San Pedro para el tradicional mensaje papal “Urbi et Orbi” (“A la ciudad y al mundo”), que sirve como un resumen de las desgracias que enfrenta la humanidad.
Mientras la multitud se reunía bajo una pertinaz lluvia durante la misa papal dentro de la basílica de San Pedro, el aguacero había cesado para cuando León realizó un breve recorrido por la plaza en el papamóvil, y luego habló a la multitud desde la logia.
El pontífice revivió la tradición de ofrecer saludos navideños en múltiples idiomas, abandonada por su predecesor el papa Francisco. Recibió especialmente cálidos aplausos cuando hizo sus saludos en su inglés nativo y en español, el idioma de su país adoptivo, Perú, donde sirvió primero como misionero y luego como arzobispo.
























