Con gente protestando y denuncias de grupos de defensa de los derechos inició operaciones este domingo el centro de detención de inmigrantes en la base militar de Fort Bliss, en El Paso, Texas.
Actualmente hay espacio para unas 1,000 personas detenidas. Pero las autoridades republicanas locales y federales prevén que el centro Camp East Montana será el más grande de su tipo, con espacio para hasta 5,000 personas detenidas, como parte de un esfuerzo del Gobierno de Donald Trump para convertir más bases de las fuerzas armadas en espacios para arrestar a personas migrantes.
El grupo Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés) dijo este domingo que ya hay gente detenida en el sitio, algo que calificó como “peligroso” al tratarse hasta el momento de estructuras con tiendas de campaña a la intemperie.
Las temperaturas promedio en la zona rondan los 95°F (alrededor de 35°C).
“La gente detenida ahí seguramente padecerá que sus derechos básicos sean violados al estar enjaulada en tiendas bajo el terrible sol del occidente de Texas, con un calor extremo que pone en riesgo sus vidas. Esto no solo es peligroso, sino cruel”, dijo en un comunicado Savannah Kumar, abogada de la oficina texana de la ACLU.
Kumar calificó a las operaciones de Fort Bliss como una “catástrofe para los derechos humanos y civiles” que “no debe ser escondida del público ni ignorada por quienes están en el poder”.
La Administración Trump ha aprovechado los fondos para política migratoria que le dio el Congreso al aprobar su megaley fiscal en julio para impulsar la construcción de más centros como el de Fort Bliss y el de Alligator Alcatraz en Florida.
Estos sitios fueron planeados para tener retenidas a las miles de personas migrantes, con o sin antecedentes penales, que el Gobierno federal está exigiendo sean arrestadas diario para cumplir la promesa de Trump de realizar la mayor campaña de deportación en la historia estadounidense.