El agresor que mató a cinco personas y lesionó a otras 19 en un club nocturno que era un refugio para las personas de la comunidad LGBTQ+ en la ciudad conservadora de Colorado Springs se declaró culpable de cargos de delitos de odio y fue sentenciado a 55 condenas perpetuas el martes, pero una vez más rechazo ofrecer una disculpa o decir algo a las familias de las víctimas.
No obstante, los fiscales destacaron la importancia de que Anderson Lee Aldrich se viera finalmente obligado a asumir su responsabilidad por el odio hacia las personas LGBTQ+ que, según ellos, motivó el tiroteo masivo. Como parte del acuerdo de culpabilidad, Aldrich admitió en repetidas ocasiones el martes que hubo odio.
“La admisión de que se trata de delitos motivados por el odio es importante para el gobierno y para la comunidad del Club Q”, declaró la fiscal Alison Connaughty.
El Club Q era algo más que un bar, dijo Connaughty.
“Es un lugar de reunión especial para cualquiera que necesitara una comunidad y para cualquiera que necesitara ese lugar seguro”, comentó. “Conocimos a gente que decía ‘este local me salvó la vida y pude volver a sentirme normal’”.