El presidente estadounidense Joe Biden llegó el miércoles a Israel, comenzando la primera visita de su presidencia a Oriente Medio con una tarea monumental: garantizar a las inquietas autoridades en Israel y Arabia Saudí que está comprometido con evitar que Irán se convierta en potencia nuclear.
Biden inició su visita con una escala de tres días en Israel, donde las autoridades dijeron que el rápido progreso del programa nuclear iraní encabezaba sus temas a abordar con el mandatario estadounidense. Cuando asumió el cargo, Biden marcó como una de sus prioridades reactivar el acuerdo nuclear iraní negociado por Barack Obama en 2015.
Pero las conversaciones indirectas para que Estados Unidos regrese al acuerdo se han paralizado, e Irán ha avanzado con rapidez en su programa nuclear. Eso ha aumentado el pesimismo en el gobierno de Biden sobre las posibilidades de reactivar el acuerdo, que imponía restricciones considerables al programa nuclear iraní a cambio de un alivio de las sanciones.
Al aterrizar el miércoles en Israel, Biden declaró que estaba buscando “mayor paz, mayor estabilidad, mayor conexión”. Es su décima visita al país; la primera fue en 1973, cuando era senador.
Los israelíes desplegaron la alfombra roja para Biden cuando llegó en el Air Force One en Tel Aviv, y fue recibido por una gran variedad de políticos.
“Me enorgullece decir que nuestra relación con el Estado de Israel es más profunda y más fuerte, en mi opinión, que nunca”, dijo Biden, usando gafas de sol.
El primer ministro israelí, Yair Lapid, describió a Biden como un “gran sionista y uno de los mejores amigos que Israel haya conocido jamás”.
Durante su estancia, Biden será informado sobre el nuevo sistema antimisiles “Cúpula de Hierro” del país y visitará Yad Vashem, un monumento a víctimas del Holocausto. Además de reunirse con autoridades israelíes y palestinas, recibirá la Medalla Presidencial de Honor y visitará a deportistas estadounidenses que participan en los Juegos Macabeos, en los que participan miles de judíos e israelíes de todo el mundo.
En una columna publicada el sábado en el Washington Post, Biden criticó a Trump por abandonar el acuerdo nuclear que también firmaron Gran Bretaña, Francia, Alemania, Rusia, China y la Unión Europea. Pero el mandatario también sugirió que albergaba al menos un atisbo de esperanza sobre que los iraníes volvieran a cumplir los términos del pacto.
“Mi gobierno seguirá aumentando la presión diplomática y económica hasta que Irán esté dispuesta a regresar al cumplimiento del acuerdo nuclear de 2015, como yo sigo dispuesto a hacer”, escribió.
Funcionarios estadounidenses que hablaron con la prensa antes de que Biden saliera de Washington el martes dijeron que Estados Unidos e Israel emitirían una “Declaración de Jerusalén”, un documento que mostraría una posición firme sobre el programa nuclear iraní.
La declaración compromete a los dos países a utilizar “todos los elementos de su poder nacional contra la amenaza nuclear iraní”, según un funcionario israelí que habló bajo condición de anonimato para comentar el texto con antelación.