El expresidente separatista catalán Carles Puigdemont salió el viernes de una cárcel de Cerdeña después de que una juez ordenara su libertad, aunque deberá presentarse el 4 de octubre a una audiencia sobre su extradición a España, donde se le busca por sedición.
Puigdemont, miembro del parlamento de la Unión Europea, salió de la prisión en Sássari un día después de que la policía lo detuviera. Lo habían invitado para que asistiera a un acto cultural catalán y a una reunión de simpatizantes independentistas sardos en la isla mediterránea.
“España no pierde nunca la oportunidad de hacer el ridículo. #Nonosrendimos”, tuiteó Puigdemont después de salir de prisión. Rodeado por reporteros en la puerta de la cárcel, el expresidente catalán dijo sobre su reclusión de menos de 24 horas: “Muy bien, sin problema. La policía y los guardias de la prisión fueron muy profesionales, son personas muy serias”.
La jueza que autorizó su libertad falló horas antes que Puigdemont podía viajar sin restricciones.
La jueza Plinia Clara Azzena dijo por teléfono a The Associated Press desde el tribunal en Sássari que, aunque halló que el arresto del político catalán era válido con base en la documentación que había examinado, “no le impusimos restricciones de ninguna clase. Puede viajar” si lo desea.
Azzena y dos jueces más decidirán si Puigdemont es extraditado o no en una audiencia prevista para el 4 de octubre.
Horas antes, el abogado italiano de Puigdemont, Agostinangelo Marras, dijo a la prensa que, cuando la jueza preguntó en una breve audiencia al político catalán si quería irse a España, él respondió que “no”.
Puigdemont y otros políticos independentistas catalanes huyeron a Bélgica en octubre de 2017 por temor a ser detenidos tras llevar a cabo un referéndum sobre la independencia de Cataluña que el poder judicial y el gobierno españoles declararon ilegal.
Puigdemont fue detenido el jueves en la noche a su llegada al aeropuerto de Alguer en Cerdeña. La isla tiene fuertes lazos culturales con Cataluña y su propio movimiento independentista. Alguer, una ciudad en la costa noroccidental de la isla, es sede del tradicional festival del folclor catalán al que Puigdemont había previsto asistir.
“Libertad, libertad”, coreaban los manifestantes afuera del tribunal en Sássari. Mostraron carteles en dialecto sardo en el que decían: “Democracia, la nación sarda apoya a la nación catalana”, y portaban banderas de Cerdeña y Cataluña.
Aunque Puigdemont tiene un escaño en el Parlamento Europeo, esa legislatura le retiró la inmunidad parlamentaria.
El arresto de Puigdemont provocó conmoción en España, donde el tema de la independencia catalana es causa de profundas divisiones desde hace décadas. Los separatistas reclamaron su libertad y convocaron a manifestaciones, mientras que los partidos de centro-derecha dijeron que debía responder a la justicia.
El presidente del gobierno español Pedro Sánchez dijo el viernes durante una visita oficial a las Islas Canarias que respeta “todos los procedimientos judiciales que se abran en España, en Europa y, en este caso, que se puedan tomar en Italia”.
Sánchez, quien inició recientemente conversaciones directas con las autoridades regionales catalanas, dijo que “el diálogo es la única vía de poder reencontrarse los catalanes que piensan de distinta manera y reencontrarse los catalanes con los ciudadanos que viven en el resto de España”.
Poco menos de la mitad de los catalanes quieren separarse de España, de acuerdo con las encuestas. La mayoría de los españoles se oponen a la independencia catalana.
El meollo del problema legal inmediato es si la orden de arresto de Puigdemont emitida por Madrid es válida. Su abogado en España, Gonzalo Boye, ha insistido en que la orden de arresto girada en 2019 y en la que se basaron las autoridades italianas para detenerlo ha sido suspendida.