La desesperación creció el jueves entre los palestinos, que no cuentan con suministro de alimentos y agua, al tiempo que las fuerzas israelíes sostenían fuertes batallas urbanas con milicianos de Hamás. Los ataques en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, sembraron el miedo en uno de los últimos lugares donde los civiles podían buscar refugio.
Funcionarios de Naciones Unidas aseguran que ya no hay lugares seguros en Gaza casi una semana después que Israel ampliara su ofensiva hacia la mitad sur del territorio. Los intensos combates en la ciudad de Jan Yunis y sus alrededores han desplazado a decenas de miles de personas y han interrumpido la entrega de ayuda para la mayor parte de Gaza. Más del 80% de la población del territorio ha huido de sus hogares.
Dos meses después de iniciada la guerra, la devastadora ofensiva ha provocado una renovada alarma internacional. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, usó un poder rara vez ejercido para advertir al Consejo de Seguridad sobre una inminente “catástrofe humanitaria” en Gaza e instó a sus miembros a exigir un alto el fuego.
Gutteres citó explícitamente el Artículo 99 de la Carta de la ONU, que permite al secretario general llamar la atención del Consejo sobre cualquier asunto que crea que amenaza la paz y la seguridad internacionales. El poder solamente se ha usado un puñado de veces en la historia de la organización mundial.