El cantante Cristian Castro confirmó oficialmente su próximo matrimonio con la empresaria argentina Mariela Sánchez. La boda, que tendrá lugar el 2 de febrero de 2026 en la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México, marca un nuevo capítulo en la vida sentimental del intérprete de ‘Azul’.

El anuncio se produjo en el programa De Primera Mano, donde Castro, con una amplia sonrisa, respondió con un contundente “Claro que sí, nos casamos” a la pregunta del conductor. Esta afirmación contrasta radicalmente con sus declaraciones previas, donde se mostraba escéptico ante la institución del matrimonio.

Durante la entrevista, el intérprete de ‘Lloviendo Estrellas’ se mostró especialmente agradecido con el apoyo de su familia, en particular el de su madre.

“Ojalá que mi mamita esté muy contenta. Estoy muy agradecido porque apoya mucho a Mariela”

Cristian Castro

Un cambio de opinión radical

La noticia resulta sorprendente si se considera que, en julio pasado, el artista había declarado en una entrevista para el medio argentino Infama que el matrimonio no le “funcionaba”, llegando a afirmar: “Luego me caso y chao… se echa a perder todo”.

Este cambio de perspectiva deja ver que el amor que siente por Sánchez lo hizo cambiar de opinión y está listo para llevar su relación al siguiente paso.

La elección de la Basílica de Guadalupe, uno de los recintos religiosos más emblemáticos e históricos de Latinoamérica, no es casual. Esta decisión eleva la ceremonia de un simple acto civil a un evento espiritual lleno de simbolismo, indicando la profunda intención de la pareja de fundar su unión en la fe.

El artista se ha casado en tres ocasiones, esta sería su cuarta boda. Su primer matrimonio fue en 2003 con la empresaria paraguaya Gabriela Bó, pero la unión finalizó al año siguiente.

Posteriormente, en 2005, contrajo nupcias con la abogada argentina Valeria Liberman, con quien tuvo a sus hijos Simone y Mikhail, y de quien se divorció en 2009. Su tercer y más breve matrimonio fue en 2017 con la violinista Carol Victoria Urban Flores, una relación que culminó de manera abrupta tan solo 28 días después de la boda.