La delegación diplomática mexicana en Quito arribó el domingo al país luego de que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador rompiera relaciones con Ecuador en rechazo a la irrupción de policías en la embajada de México para detener a un ex vicepresidente ecuatoriano que había recibido asilo político.
La inusual acción ecuatoriana desencadenó la condena de más de una veintena de gobiernos extranjeros.
La misión encabezada por la embajadora, Raquel Serur, llegó pasado el mediodía en un vuelo de la aerolínea Aeroméxico al aeropuerto internacional de la Ciudad de México donde fue recibida por la canciller Alicia Bárcena.
Al condenar enérgicamente la acción de las fuerzas de seguridad ecuatorianas, Bárcena anunció que el lunes México acudirá ante la Corte Internacional de Justicia y otros foros multilaterales y regionales para denunciar que “fue violada flagrantemente la inmunidad de la embajada y del personal diplomático”.
Dentro de la delegación de 18 personas, que incluye a diplomáticos y sus familiares, vino Roberto Canseco, jefe de la sección consular mexicana en Quito, quien resultó lesionado en el cuello tras enfrentar la noche del viernes a los policías cuando entraron por la fuerza a la sede diplomática para detener al ex vicepresidente Jorge Glas, que residía allí desde diciembre. Había pedido asilo tras ser acusado de cargos de corrupción, una protección que había obtenido unas horas antes.