Ecuador inició en el suroeste costero la construcción de una cárcel de máxima seguridad para 800 presos, en el marco de su guerra contra el crimen organizado.

“Hoy marcamos uno de los hitos más importantes en nuestra lucha en contra del terrorismo y las mafias que se enquistaron impunemente en nuestro país durante décadas”, dijo el presidente Daniel Noboa en un acto por el comienzo de la obra en la localidad de Santa Elena.

En los alrededores del predio en el que se edificará la prisión, donde según el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) hay un bosque primario y restos arqueológicos, pobladores protestaron en rechazo al proyecto.

El CDH denunció en su cuenta de la red social X que la policía desalojó a comuneros.

La cárcel es “un peligro inminente para todas las comunidades que son territorios de paz y los quieren convertir en zonas de guerra”, comentó a la AFP Donald Cabrera, un comunero de 61 años, al reclamar que se trata de un territorio de pueblos originarios.

Tras asumir en noviembre para un período de 18 meses, el mandatario ecuatoriano anunció que construirá dos prisiones de máxima seguridad, una en la región de la Amazonía y otra en la costa del Pacífico, tomando como referencia la penitenciaría que levantó su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, para combatir las pandillas criminales.

En el puerto de Guayaquil (suroeste), principal puerta de salida de droga hacia Estados Unidos y Europa, existe una penitenciaría de máxima seguridad denominada La Roca, con capacidad para 160 reclusos.

La nueva cárcel, que se sumará a las 36 existentes en todo el país, ocupará 16,2 hectáreas y se construirá en un “tiempo récord” de 300 días, precisó el general Luis Zaldumbide, director del organismo estatal que administra las prisiones (SNAI).